Trujillo es una de las ciudades de mayor crecimiento en el Perú, pero también uno de los principales escenarios de la violencia que azota al norte del país, teniendo entre sus principales manifestaciones las extorsiones y asesinatos vía sicarios. Entre los distritos más peligrosos están El Porvenir, La Esperanza y Florencia de Mora.
Cifras oficiales del Ministerio Público de La Libertad dan cuenta de que el 2013 se registraron 29.771 delitos en la región, lo que representa un incremento de 30% a comparación del 2012. De todos esos hechos delictivos, el 60% se cometió en la capital liberteña.
Los principales delitos cometidos son contra el patrimonio, contra la seguridad pública y contra la vida el cuerpo y la salud. Justamente el año pasado, más de 200 personas fueron asesinadas en la región y, solo al 24 de diciembre, ya había 20 víctimas. Casi una por día.
En cuanto a las extorsiones, el titular de la Tercera Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Trujillo, William Rabanal Palacios, comentó en noviembre pasado que ese tipo de delito aumentó en 50% solo en los dos últimos años.
¿Pero a qué se debe esta problemática que se ha incrementado en los últimos años?
POSIBLES CAUSALES
Al ensayar una respuesta, el ex director de la Policía Nacional del Perú(PNP) y ex secretario técnico del Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana (Conasec), Eduardo Pérez Rocha, sostuvo que en Trujillo se evidencia una falta de colaboración entre policías y autoridades municipales. Ello porque los comisarios no han asumido la coordinación y planeamiento del patrullaje, como establece el artículo 27 del reglamento de la ley del sistema nacional de seguridad ciudadana.
Para Pérez Rocha, a partir de ese problema, las intervenciones policiales fueron disminuyendo al extremo de que hay casos de agentes que son denunciados por no intervenir. “El problema es ese, se le quita el principio de autoridad. Y, lógicamente, como no tienen defensas dentro del a institución, está pasando lo que está pasando”, manifestó responsabilizando además a algunas ONG que “se coludieron” con delincuentes.
“Ahora hay muy poco arrebato, robo de autopartes. Lo más fácil, matar o extorsionar, esa es la modalidad delictiva” más común, apuntó resaltando también que existe un “divorcio” de autoridades, maltrato a los policías y hay carencia de logística.
Ambos coincidieron en que la corrupción, sin duda, campea también en la Policía, pero además en otras instituciones que deberían velar por la seguridad y la justicia.
A su turno, el presidente de la Junta de Fiscales Superiores de La Libertad, Luis Humberto Cortez Albán, manifestó que en su institución faltan fiscales y personal administrativo.
Solo en Trujillo hay entre 28 y 30 fiscales que investigan la gran cantidad de hechos delictivos en la ciudad. “Tenemos un déficit de fiscales. Si tuviéramos más, se investigaría mucho más rápido. Tendrían mucho más campo de acción para dedicarse a algún tipo de delito. No obstante eso, hemos tenido una producción bastante aceptable en cuanto a las investigaciones”, dijo hablando también ya a nivel regional.
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